domingo, 15 de mayo de 2016

Estar confundido es parte del proceso de exploración de sí mismo



Trabajo con estudiantes de primer año de universidad. Y contrario a lo que se pensaría, me encanta cuando me dicen que están confundidos con relación a su carrera universitaria y profesional. Si están confundidos es porque están en exploración de sí mismos. Y eso, como ser humano, me fascina.

Estar en exploración permite que uno se conozca mejor. Generalmente, la decisión de cursar estudios universitarios pareciera la última decisión que uno tomará en la vida. Recuerdo bien ese momento en el que trataba de imaginarme lo que haría por el resto de mi vida y eso le puso una gran carga a la decisión de cuál carrera escogería para mis estudios. Sin embargo, luego supe que esa decisión era meramente la que me daba acceso a la universidad. Pero en la universidad es que realmente uno explora los intereses y las posibilidades para el futuro.

Por lo tanto, utilicé mis clases electivas para estudiar temas que me interesaban y así descubrir o descartar otras posibilidades de estudio. Así fue, entonces, que escogí los programas que luego completé. Por eso, cuando un estudiante me dice que está confundido, le hablo de mi experiencia y le aseguro que estar confundido es parte del proceso, que tomar la decisión de estudiar X carrera es parte de la exploración como ser humano y que es solo una de las muchas decisiones que se tomarán más adelante en la vida.

No es, como pensamos en la escuela superior, que esta es la decisión final y si la tomamos mal no tengo otra opción. Siempre hay opciones. Siempre existe la posibilidad de reinventar la carrera y cambiar el curso de la vida. Lo importante es dar pasos que tengan en cuenta lo que nos gusta y nos hace felices.

A veces, me pregunto cuántas personas habrán tomado en cuenta esos dos factores cuando tomaron decisiones importantes en su vida. Para mí son esenciales. Quizás por eso hago lo que me gusta y soy feliz.