domingo, 15 de julio de 2012

El estudiante y el maestro


En estos días alguien me recordó la frase “Cuando el estudiante está listo, el  maestro llega”.   Hacía años que no escuchaba esas palabras y retumbaron en mis oídos porque me di cuenta de que eso es exactamente lo que me ocurre con los autores que asisten a mis seminarios.

Muchos llevan años pensando en escribir un libro y otros tienen un manuscrito listo y no saben qué hacer.  Sin embargo, no me corresponde buscarlos, ellos tienen que decidir buscar el apoyo que necesitan para alcanzar su sueño de publicar el libro.

Cada autor tiene una idea y está en una etapa diferente de su proyecto, por lo tanto, es a él a quien le corresponde decidir en qué necesita ayuda y cuándo quiere publicar su libro.  Si él no está decidido ni preparado, no me corresponde presionarlo porque no es su tiempo.  Curiosamente, el autor comprende eso, quienes —en ocasiones— no lo comprenden son sus allegados, los que están deseosos de ver esos libros publicados.  Pero no nos toca ni a ellos ni a mí decidir por el autor, le toca él. 

Por eso el proceso de autopublicación es maravilloso, porque es flexible y le permite al autor hacer las cosas a su paso, en su tiempo y de acuerdo con su presupuesto.  El autor no tiene que complacer a nadie sino a sí mismo.  El proceso puede darse tan rápido o tan lento como el autor prefiera, solo  es necesario que el autor se comprometa con su proyecto para lograrlo.  Y una vez da el primer paso por sí mismo, todo fluye, las puertas se abren y el maestro llega.

2 comentarios:

  1. Excelente comunicación; palabras con sabiduría. Me has hablado.

    En mi proceso hay dias que tengo hambre de escribir, como si "alguien" (¿Espiritu Santo?) me dijera: "ahora es el momomento de seguir escribiendo" y luego hay dias en que todo se queda a un lado. En ocasiones me pregunto ¿por qué no lo hago de una vez y ya. Pero otras veces veo que el tiempo esperado entre un escrito y otro ha sido para mejorar lo escrito o para ver por qué no debió ser escrito antes.
    En este proceso estoy viendo que, ciertamente, la escritura tiene un proceso de madurez. Es como cuando haces algunos alimentos (masas, maví, etc.) y tienes que esperar a que la masa, la cáscara del maví u otros, fermenten y le den el sabor final. Por supuesto, si se te pasa de tiempo....se daña.

    Le doy gracias a Dios, Vigimaris, por tu vida, por tu propósito, por tu constante alegría que se ve que sale del corazón y por tu genuino ánimo de ayudar a los que no sabemos nada de este proceso.

    Dios te guarde siempre. Sigue adelante que vas muy bien.
    Un fuerte abrazo,
    Nereida (en camino de ser escritora jejeje)

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  2. Nereida,
    Esas palabras me han llenado de gran emoción. Gracias por compartirlas. Desde luego, disfruto mi trabajo porque me permite ser herramienta para que otros alcancen sus sueños.
    Sabes que cuentas conmigo... cuando estés lista.
    Un abrazo,
    Vigimaris

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