domingo, 8 de abril de 2012

El círculo vicioso de la experiencia y el trabajo


Cuando terminábamos nuestro bachillerato, mi mejor amiga de escuela superior y yo nos topamos con un dilema: sin experiencia nadie nos daba trabajo y sin trabajo no podíamos adquirir experiencia.  ¿Y ahora qué?

Yo tuve la suerte de encontrar alguien que estaba, precisamente, buscando una secretaria que no tuviera experiencia para adiestrarla a su estilo.  Mi amiga usó una agencia de trabajos temporales y tuvo la suerte que, al cabo de su período de probatoria, la dejaron allí mismo trabajando.

De eso van 10 años.  Hoy día, cuando me comentan sobre ese dilema, mis consejos son otros.  Las oportunidades de empleo no son las mismas que tuvimos nosotras, por lo que ahora aconsejo:

Crea tus propias oportunidades.

       Haz trabajo voluntario.  Es una buena manera de adquirir experiencia a la vez que aportas al desarrollo de una institución.

       Ofrécete para hacer una práctica o un internado en el campo que te interesa.  De esta manera, aprendes cómo se bate el cobre en la industria y puedes decidir si realmente es una opción para ti.

       Monta tu propio negocio y busca un mentor que te guie. Si nadie te da la oportunidad, dátela tú.  Creé en ti, busca información y lánzate.

En los primeros dos escenarios, si haces un buen trabajo tienes una excelente probabilidad de que te dejen como empleado regular.  Si no fuera el caso, saldrás con la experiencia que necesitas para conseguir un trabajo o para montar tu propio negocio. Es una situación en la que no tienes nada que perder y mucho por ganar… y aprender.

Empresario/a que me lees: dale la oportunidad a un practicante o arriésgate con alguien que no tenga experiencia y comparte tu conocimiento.  Estarás aportando al mejoramiento del País y por eso recibirás agradecimiento eterno.

¡Pongamos la acción donde ponemos la palabra!

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