En el siglo
XXI todo ha cambiado. En vez de visitar la plaza del pueblo, compartimos con
amistades por medio de las redes sociales y los negocios de una sola
persona son la orden del día. Entonces,
en un mundo tan personalizado, individualizado y tecnológico, tenemos que
cambiar la manera de vernos para tener éxito en el mundo
empresarial. La fórmula de meramente
ofrecer un producto o servicio, ya no funciona, ahora la gente quiere saber
quién le vende ese producto o servicio y sentir que lo conocen. A todo el mundo le gusta sentir que conoce “al
dueño de…”.
Entonces,
si todo el mundo quiere hablar con el dueño, el dueño tiene que darse a
conocer. Y la manera de hacerlo es viéndose a sí mismo como un producto más que
desea mercadear. “Lo que no se exhibe,
no se vende”, dice un viejo refrán. Pues
el dueño del negocio tiene que exhibirse.
La gente tiene que saber quién es, verlo en la página web, en el negocio
y en actividades sociales. Si el negocio
es virtual, el dueño tiene que tener presencia en los medios sociales. Esa visibilidad le da confianza a la gente y
le da credibilidad al dueño y, por ende, al negocio.
Por lo
tanto, en el plan de mercadeo, además de incluir maneras de promover un
producto o un servicio, se deben incluir maneras para dar a conocer al dueño
del negocio, quien es, en fin, el que puede atraer gente y aumentar las ventas.
Algunos
consejos sencillos:
- Tener presencia en cuantas redes sociales pueda mantener actualizadas a diario. De nada vale tener 20 cuentas si solo va a actualizar una.
- Participar en actividades de su industria. La idea es crear la percepción de que “lo ven en todas partes”.
- Crear un look o usar un color que lo haga fácil de reconocer.
- Contestar preguntas y ofrecer información para que cada vez más personas quieran hablarle. De esa manera se posiciona como experto en tu campo.
- Intentar algo nuevo y medir los resultados.
como siempre ayudas mucho con tus acertados consejos gracias
ResponderBorrarGracias, Luisa, por leerme y dejarme saber que te gustó.
BorrarSiempre a la orden,
Vigimaris