domingo, 22 de marzo de 2015

París me brindó varias lecciones

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Este es el último artículo en una serie de 12.


París es hermosa, tiene una arquitectura muy rica y no importa el tiempo que estés allí, siempre encontrarás algo nuevo para ver. Aunque me arriesgo repetir un cliché, diría que París no solo es una ciudad que tienes que visitar, sino que puedes visitarla en múltiples ocasiones en la vida.
 
 

Lo primero es que me sorprendió que mucha gente habla inglés y no español, como me habían dicho. Además, París provee oportunidades para que tanto viajeros como escritores decidan cómo quieren vivir su experiencia. Pienso, que los escritores en particular, tienen en París un lugar para expresar su creatividad, un escondite que les permite ser anónimos y sentirse bienvenidos a la misma vez. Es una combinación extraña pero que, a la vez, funciona. Quizás a eso se refería Hemingway cuando dijo que "París es una fiesta".
 
 

A la larga, nadie me puede quitar la experiencia de haber visitado a París. La convertí en una experiencia inmortal al disfrutarla y aprender las lecciones que tenía para mí. Viajar es necesario para aprender sobre otras culturas, pero regresar a casa y valorar lo que tengo (desde el clima hasta la comida y la gente) es una experiencia más dulce todavía… y fue la lección más importante que me brindó la hermosa ciudad de París.
 
 

La lección más importante que me brindó París: en la distancia se valora lo que uno tiene en casa.

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