domingo, 25 de marzo de 2012

El horario de las llamadas


Cuando era  chiquita, mis padres me enseñaron que había un horario apropiado para las llamadas.  En ese momento, ellos se referían al horario en que podía llamar a mis amiguitas por teléfono. Decían que no era apropiado llamar antes de las 9:00 de la mañana ni después de las 9:00 de la noche.

Años después he aprendido que también hay un horario apropiado para las llamadas de negocios.  Por ejemplo, yo suelo limitarlas de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. y respeto los fines de semana pues comprendo que aún los empresarios necesitan tiempo para descansar y desconectarse.  La confusión, en ocasiones, se debe a que quizás el empresario tiene una oficina en el hogar y por eso podemos tener la tentación de llamarlo a cualquier hora.  Sin embargo, antes de hacer una llamada, me pregunto ¿lo llamaría a esta hora si estuviera en su oficina o negocio fuera del hogar? Si la respuesta es “no”, esa es una llamada que puede esperar hasta el próximo día.

Claro, hay excepciones.  Si uno está organizando una actividad es posible que sea necesaria una llamada en horas después de las 6:00 p.m. o un día en el fin  de semana.  Pero en la medida en que no sea por una razón específica, mi consejo es respetar el horario porque lo que es urgente para mí quizás no sea urgente para él y una llamada a destiempo puede caer pesada.

Otros dos casos son las llamadas personales y las llamadas que llamaré “íntimas”.  Ambas tienen horarios más flexibles que las llamadas de negocios.  Para las llamadas personales, que son las que hacemos a amigos y familiares no tan cercanos, en las que no se habla de trabajo, uso el horario de 9 a 9 que me enseñaron mis padres.

Para las llamadas “íntimas”, que son las que hacemos a nuestros mejores amigos y familiares súper cercanos, cada relación dictará el horario apropiado para esas llamadas que, desde luego, suele ser súper flexible.

¡Éxito siempre!

domingo, 18 de marzo de 2012

Las lecciones de Mami


En entradas anteriores, hablé sobre las lecciones profesionales  que me brindó mi papá.  Sin embargo, mi mamá tampoco se quedó atrás con sus enseñanzas. 

Ella me enseñó a no dejar las cosas para última hora.  Ella era una “early bird” por excelencia.  En ocasiones,  antes de llevarme al colegio por la mañana, ya había limpiado la casa.  Ella no solo madrugaba, sino que hacía todo con tiempo. 

Me enseñó, por ejemplo, a hacer las asignaciones del fin de semana el viernes de manera que tuviera sábado y domingo para mí.  Igualmente, si salíamos de viaje en Navidad o Semana Santa, me exhortaba a dejar las asignaciones hechas para que no tuviera esa preocupación en la mente durante las vacaciones.

Trato de no dejar las cosas para el último minuto en la medida en que puedo, pero confieso que, en ocasiones, la vida misma no lo permite.  Lo que ella no logró enseñarme —ni a mí me interesa aprender— es a madrugar.  Yo soy nocturna, produzco más cuando baja el sol y he aprendido a trabajar durante mis horas más productivas en vez de obligarme a operar en un horario que va en contra de mi reloj interno.

Mi consejo para ti como empresaria/o es que conozcas tu estilo de trabajo para saber qué haces mejor y cuándo.  No sigas el horario de otros porque sí; aprende a trabajar a tu propio ritmo.  Y haz excepciones según sean necesarias.  Yo, por ejemplo, de vez en cuando madrugo para asistir a algún seminario que comience a las 8:00 a.m. 

Espero que mis experiencias te ayuden de algún modo.  Déjame tus comentarios...


domingo, 11 de marzo de 2012

El primer "check-in" del año


Estamos a dos semanas de cerrar el primer trimestre del año y podemos aprovechar para verificar las metas que nos propusimos.  Esas metas pueden ser las “resoluciones” o pueden ser los objetivos que incluimos en el plan de negocio para el año 2012.

En octubre escribí  sobre la importancia de revisar el plan de negocios por lo menos una vez al año (http://soyprofesional.blogspot.com/2011/10/63-dias.html).  Ahora es el momento de hacer el primer “check-in” del plan de negocios para ver si nos estamos moviendo en la dirección correcta para lograr las metas.  Si estás encaminada, felicidades.  Si no estás encaminada, no te preocupes, estás a tiempo para trazar unos pasos que te permitan lograr tus metas en el 2012.

Yo, por ejemplo, decidí dedicar este año a la promoción de mi negocio, Editorial Narra, y aunque tal vez no lo estoy haciendo exactamente como lo pensé, la verdad es que estoy aprovechando todas las oportunidades que se me presentan —y, por cierto, son mejores de las que tenía pensadas—.  Por lo tanto, en las próximas semanas, cuando me siente a hacer mi “check-in”, veré que estoy logrando mis metas, pero de maneras mejores de las que tenía en el plan.

Y, precisamente, de eso se trata.  De que el plan de negocios nos sirva de mapa para saber si estamos en el camino correcto.  A veces seguimos el plan trazado, a veces logramos las metas usando otro camino, pero lo importante es lograrlas y para eso debemos ser flexibles.  Si vemos que no estamos en el camino trazado ni estamos logrando las metas, es momento de cambiar el plan de acción. 

Es temprano en el año y los ajustes que hagamos este mes, brindarán resultados de aquí a fin de año.

Éxito siempre… y si en algo te puedo ayudar, quedo a tus órdenes.

lunes, 5 de marzo de 2012

Las transiciones en la marca personal


El sábado dicté una conferencia sobre un tema que me apasiona muchísimo: la marca personal.  La di como parte de la actividad ExpoMujer que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Puerto Rico.

Lo que más me gusta de dar esta charla es que siempre hay algo nuevo.  Ayer añadí el tema de las transiciones en la marca personal.  La marca personal no es una camisa de fuerza, es un detalle para que te recuerden.

Por ejemplo, yo tenía el cabello larguísimo y uso espejuelos blancos.  Ahora me recorté, pero me dejé los mismos espejuelos por un tiempo en lo que la gente se acostumbra a verme con el cabello corto.  De aquí a unas semanas, me cambiaré los espejuelos y habré completado un cambio en mi look de manera paulatina sin deshacer los esfuerzos que hasta aquí había hecho para lograr que me reconozcan.    

Otro ejemplo es el color personal.  Si escogiste un color personal, no tienes que usar el mismo tono para todo.  Por ejemplo, yo uso el verde, pero puede ser verde claro, oscuro o amarillento.  De esa manera, tengo más opciones sin abandonar mi color personal.

Espero que estos consejos sean útiles para ti… cuéntame cómo estás usando tu marca personal para convertirte en la persona que todos quieren conocer.