domingo, 13 de enero de 2013

El toque personal en las ventas



A finales de la década de 1990, salió la película You’ve got mail protagonizada por Meg Ryan y Tom Hanks.  En aquel tiempo, uno se conectaba a la Internet por la línea de teléfono y ver que el sistema te decía que tenías correos electrónicos era toda una emoción.  Hoy, recibimos tantos y tantos correos que, en ocasiones, nos cansamos y muchas veces los borramos sin leerlos.   

Recientemente, recibí un correo de una de las muchas suscripciones que tengo sobre escritores que decía en el asunto: “Te extrañamos”.  De momento, me pareció una línea tan personal, como si fuera un amigo o un familiar quien me lo dice que me llamó la atención y lo abrí.  Era un cupón de descuento para comprar libros porque hace tiempo que no les compro y “me extrañan”.  No compré en el momento, pero tengo que aceptar que sentirme “extrañada” me hizo sentir bien y me inspiró para, por lo menos, ver qué libros tienen a la venta y contemplar una nueva orden.

Desde el punto de vista de mercadotecnia, me resultó genial esta idea.  Usaron un elemento personal para llamar mi atención y les funcionó.  Si el asunto hubiera dicho “20% de descuento” quizás ni lo leía porque no tengo nada que comprar en este momento.  Sin embargo, como apelaron a mis sentimientos, lograron que abriera el correo electrónico, mirara el catálogo y contemplara ordenar.

A lo que voy con todo esto es que los escritores y los empresarios, de vez en cuando, deben apelar a los sentimientos de su público.  No todo puede ser blanco y negro, vendo y me compras y ya.  A veces, hay que ir más allá: saludar, preguntar por la familia, ofrecer ayuda y luego, vender.  El cliente sentirá que te preocupas por él y quizás sienta más interés en comprarte porque sabe que no es uno más en tu lista de clientes, es especial.

¿Qué te hace sentir especial como cliente?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario